sábado, 15 de agosto de 2015

Cómo crear una coreografía. Parte 1

Una vez, en un taller, Narjess Montasser nos dijo que ese taller estaría destinado a enseñarnos algunas técnicas para crear nuestras propias coreografías. Nos comentó que ella era más aficionada a eso que a enseñar una coreografía X, ya que consideraba que enseñar una coreografía era como darte un vestido que otra ya  había usado, y tú no querrías ponerte ese mismo vestido ¿cierto? Yo salté hasta el techo pensando ¡POR SUPUESTO QUE NO, YO QUIERO TENER MIS PROPIOS VESTIDOS!

Bueno, además salté de gusto porque, en otros talleres, otras profesoras nos habían enseñado precisamente  coreografías que, nadie lo dudaba, eran hermosas; pero que en nada se correspondían con mi espíritu, que es un gran aficionado a los vestidos únicos (dale...) 

Ahora bien, aunque no es malo bailar una coreografía hecha por otro, yo siempre he preferido crear mis propias coreografías, excepto, claro, cuando era principiante y mi profesora me hizo una vez una coreografía y yo sólo tuve que memorizarla. Bailar coreografías hechas tiene la ventaja de la rapidez y escaso nivel de tensión que tienes, puesto que no hay nada que pensar; sólo mirar, memorizar, repetir, repetir y repetir. Fácil... y aburrido, como en el colegio


Lulú Sabongi, absolutamente copiable y la culpa es de ella, por bailar tan bien

Pero, como ya se habrá notado, este artículo trata de cómo una bailarina debiera crear una coreografía, que es, a mi juicio uno de los parámetros para medir la altura de la tal bailarina

Otra cosa, una coreografía no empieza cuando uno dice 8 tiempos de shimmy; no, no y no. Empieza mucho más atrás, aunque ese atrás puede llegar tan lejos que se pierde en el tiempo; pero no exageremos tanto, pensemos, por ahora, que empieza cuando tienes conciencia de que, estando en un grupo de danza, en algún momento tendrás que bailar

Hago notar además que las ideas que a continuación aparecerán no son sólo mías; son una recopilación de mi experiencia como bailarina solista, como compañera de otras bailarinas que crean sus propias coreografías y a las que yo he observado crear, y también el fruto de otro nivel de creación, que es el colectivo, lejos lo más parecido al pensamiento de una sola mente repartida en varios cerebros. Esto último, simplemente el estilo de Vientre de Luna

Compañía de Danza Oriental Vientre de Luna, 
con algunas de sus integrantes y, para variar, en una comida.
Atrás están, de izquierda a derecha, Mónica, Karina, Liliana (la responsable de todo) y Marisol. Adelante, también de izquierda a derecha, María Elisa, María de los Ángeles, su humilde servidora y Paulina

Elementos preliminares e imprescindibles 

¿Qué bailo?

Sí, señor ¿Qué bailo? ¿Un Baladi? No, mejor una danza con velo o unas alas de Isis... Muy lindas, pero también me tienta un tema poderoso, para bailar con sable. O mejor sin ninguna cosa, sólo yo y algo bien alegre y festivo. Bien ¿algo tradicional o moderno? ¿Fusión? ¿Qué carácter tendrá la presentación? ¿Sólo temas de la música árabe clásica, folclor o fusión o de todo? Como ven, muchas cosas en qué pensar. 

Este aspecto de la creación toma su tiempo, y generalmente pasan meses antes de que uno tenga claro el ritmo o el estilo de su coreografía. Pero también sucede que de pronto, durante un ensayo o cuando te acuestas a dormir, uno ya sabe qué bailará

Debo decir que, para resolver esta cuestión, más que pensar, se debe sentir o más precisamente, escucharse. Los estados de ánimo, las experiencias que uno va teniendo a lo largo de los meses nos  van dejando huellas, nos generan sentimientos y necesidades que finalmente nosotros vamos a expresar en la danza. Por esto es que a veces nos sale una improvisación estupenda de un tema triste y no uno festivo.

Lo chistoso es que a veces, la idea de la coreografía sale de un hermoso traje que te imaginas o que ya tienes, del velo de seda que te regalaron para tu cumpleaños o de una fotografía  de Mata Hari que viste y que te dio instantáneamente el tema, el estilo y hasta la mitad de la coreografía

Es importante, para ir acercándonos al asunto siguiente, considerar lo que nuestra mente nos dice, porque eso nos facilitará las siguientes elecciones. Así que, no importa si sientes la necesidad de bailar algo triste, hazlo. Si realmente ése es tu humor interno, tu coreografía y tu interpretación serán mejores que si te fuerzas a bailar algo fuera de tu atmósfera


Bailar con velo oculta la inexperiencia, según dice Liliana González, así que es ideal para principiantes porque todos admiran la belleza del velo y los ochos que no salen tan bien pasan inadvertidos. 
En todo caso Aziza, acá presente, se encarga de complicar las cosas, para horror de las principiantes  



El tema

Bueno, el paso siguiente, una vez que uno ya se ha decidido por un estilo o un ritmo, es escoger el tema específico, porque ya sabemos que saidis hay muchos y no todos nos gustan lo suficiente. Tal vez el aspecto más difícil, para mí al menos. Me pasa casi siempre que  teniendo ya la fecha de una presentación, yo tengo al menos 5 temas que me gustan, mucho entusiasmo y hasta ideas para vestuario; pero ninguna coreografía, cosa horrible por donde se mire porque el tiempo pasa inexorablemente y de repente ya faltan dos semanas para bailar y parece que ahora sí que tengo 2 finalistas y no sé cuál elegir... para pegarse un tiro

Bueno, el asunto es que el tema es esencial para empezar a trabajar. Pero ¿cómo escogemos? Bueno, siendo esta danza un arte emocional, en el sentido de que la bailarina debe interpretar el espíritu de la música más que las notas musicales en sí, es necesario que el tema nos guste tanto pero tanto, que nos provoque esas emociones y que al movernos, esas emociones se vean en nuestros movimientos  y además sean coherentes con la música y la letra.

En palabras de Liliana González y otras de Vientre de Luna (todas) el tema nos debe encantar, fascinar, inspirar, parar los pelos, transportar, enajenar de este mundo, entre otras expresiones que, aunque poco técnicas, son ciertas 



Antes de dar el primer paso 

Respecto de este asunto de la coherencia de la coreografía y la música que mencionaba más arriba, me remito a Narjess de nuevo, quien, para poner las cosas más espinudas, dice cosas como que la bailarina debe conocer el maqam sobre el que está concebida la canción (otro artículo, urgente) No obstante, para apagar las ganas de llorar de algunas que por primera vez ven la palabra maqam, también dijo esa vez que afortunadamente ahora existen formas de saber qué emociones refleja el maqam Saba. Yo concuerdo nuevamente con ella. Afortunadamente, por ejemplo,  existe Youtube y los maestros que comparten con nosotros esos conocimientos, que están ahí, para que aprendamos 



El maqam Saba, ejecutado desde la nota Re y en cuarto de tono, expresa tristeza, lejanía, dolor, abandono, soledad (Palabras de Narjess )


Para ser sinceras, es bien difícil escuchar un tema y saber en qué maqam está compuesto, Pero muchas veces, si uno busca bastante, encuentra esta especificación en escritos de músicos, bailarines, traductores y aficionados que nos cuentan el nombre del tema, el autor, el maqam, el ritmo y la letra. Y de todos estos elementos podemos inferir las emociones que debiéramos expresar en nuestra coreografía. No sabremos el maqam, pero sabemos la letra; difícilmente hablará de cosas alegres y festivas... y hay que ser muy aturdida para poner cara de alegría si el tema es triste ¿verdad?

Pasando a una orilla más bien pavimentada, diré que lo mínimo para que iniciemos los movimientos de  nuestra coreografía, es conocer los siguientes elementos de la canción elegida que, recuerden, nos encanta:
- Autor
- Letra
- Ritmo
- Estilo
- Etnia (pueblo de origen)
- Época

Luego que sepamos lo anterior, debemos conocer bien la canción en sí misma, lo que se traduce simplemente como que debemos escucharla lo más posible sin caer en el delirio. Lo anterior  nos permitirá saber qué partes tiene, qué movimientos y pasos nos sugiere, qué desplazamientos son los más adecuados, cómo terminar, cómo iniciar, si tiene pausas, marcaciones especiales, en fin, todos los detalles posibles

Termino este artículo, que dará para una segunda parte, creo, porque si sigo escribiendo, me saldrá un papiro de 3 kilómetros que sólo los valientes se atreverán a leer hasta el final

Entonces, ya lo saben: este articulo continuará...